Apple of Inocence and a Golden Aurelia
Hay razones que te hacen descibir un viaje al infierno para rescatarte a ti mismo de ellas, y acabas inventando un mundo mejor ahí abajo.

Mariana

Mariana
Tengo un muy vago recuerdo de su olor. Demasiado vago.
Ojos cafés, siempre me veia con temor.
Cabello castaño lacio.
Piel blanca con ciertos tonos rosados.
Complexión delgada.
Voz un poco grave, cuando hablaba y reía, aspiraba de una forma muy peculiar, como niña pequeña.
Sonrisa que siempre se escondía de mi, o cuando no lo era así, sus dientes tenían nervios.
15 de septiembre, en lugar de la tradicional pozoliza invité a mis hermanos de ese entonces, de ahí nos fuimos a Juriquilla a ponernos bien pedos. Como no había mucho dinero, pues sólo fueron pocas cervezas. Justo cuando nos acababamos de terminar nuestros fondos, observo en uno de los puestitos un pequeño leoncito. Y como era mi costumbre, me lo robé... 80 pesos ahorrados. Dos días después, ya que no la había encontrado en Juriquilla fui al centro, ahí encontré algo realmente hermoso. Una manzanita hecha en plata. NO había mejor regalo que eso. Lo compré.
Lunes llegando a la escuela, nerviosísimo, por que ya tenía el regalo completo. Fui a mi salón a las 12, que era cuando tenía una clase al lado de su salón. Me quedé un chorro de tiempo esperando afuera. No llegó a tiempo. La veo pasar corriendo y salgo hecho la madre sin pedir permiso ni nada y la alcanzo. La saludo, me saluda con cara de asustada. "Cuando vi esto, pensé en ti, tóma, dentro de él hay una sorpresa" Lo abre, ve que es una manzana y después de dar las gracias, se va a su clase. Sacadísimo de pedo por su respuesta (o no respuesta) voy al baño y me mojo la cara.
"No quiere nada, pero ¿porqué esa forma de decir las cosas?"
Extrañamente, unas cuántas semanas más tarde, compré una lili dorada, hermosa flor en macetita y todo. En ese entonces, no sabía que flor era. Estaba platicando con una amiga de que no tenía a nadie a quién regalarsela cuando de repente llega Mariana. Nos saluda y mi amiga le hace la misma pregunta que le había hecho yo antes.
- ¿No sabes cómo se llama esta flor?
- Aurelia.
Bautizada la flor, se le quedó viendo un rato, me ve, y se da cuenta que yo la estaba viendo antes. Lookaway.
- Está bonita.
Y se va.
Enojado, comienzo a escribir un cuento. En él, ella es mi razón para no temer ir al infierno; pero al ser ella muy creyente, sabía que le molestaría leer algo así. No sé si lo leyó, pero ese fue el inicio de un mundo diferente para mi, la creación del Anema Coelum.
Tiempo después, me dijeron que me tenía mucho miedo. Que sentía que yo estaba loco. Ahora si como dice Maynard
"There's no love in fear"
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