Tuesday, August 16, 2005

Femenine Rudeness

Incluso enmedio de la violencia justificada se encuentra una razón por la cual hacer las cosas.

Natalia

Olía a Nivea mezclado con su olor.
Ojos cafés, escondidos tras unos párpados razgados. Siempre razgados. Como si estuviera sonriendo.
Cabello castaño. La mayor parte de las veces con esas famosas valerinas. Se veía hermosa con la blanca atrapando su cabello largo lacio como agua castaña.
Piel blanca, con un poco de tono desupués de estar unos meses en el tocho.
Complexión delgada con manos largas, dedos finos y largos. Aunque tenía 8 años, tenía una figura notable.
Voz que prometía ser grave.
Sonrisa ETERNA, siempre sonriente. Como si todo el día hiciera mucho sol y tuviera que levantar los pómulos en una sonrisa para ocultar MAS sus ojos.

Una vez, en un camión rumbo a un parido a cuernavaca, a ganarles de nuevo a los Jaguares,
platicaba con Ramón y Fernando Palacios (gemelos) que estaban en el asiento de atrás. Dado a que yo era un antipático y encerrado nadie se sentaba junto a mi, entonces me hinqué sobre el asiento para platicar con ellos. Y entre pendejadillas de morros, se me ocurrió poner la cara en medio de los dos asientos e inflar los cachetes. Cuando levanté la mirada Natalia me miraba con una sonrisa. La novedad: mostraba los dientes.
Los entrenamientos siguientes, platicabamos del tocho. Ella, los 49s yo Steelers (fiel desde entonces). A veces se organizaban tardeadas del equipo y nos veíamos ahí, bailabamos como se nos daba a entender y tomabamos mucha agua con hielos por que no nos gustaba el refresco. Gané un concurso de baile de rap en una de esas tardeadas.

Terminada la temporada, se fue a vivir al D.F. no teléfono, no más fotos, no dirección. Sería bueno saber de ella de nuevo.

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